La naturaleza ha perfeccionado sus “diseños” a lo largo de millones de años, y los ingenieros saben que observarla puede brindar soluciones sorprendentes. ¿Te has preguntado por qué el tren bala de Japón tiene un “morro” alargado parecido al pico de un ave? Se inspiró en el martín pescador, cuyo pico atraviesa el agua sin generar turbulencias, ayudando a que el tren sea más veloz y consuma menos energía. Este es solo un ejemplo de cómo la biomimética —la imitación de la naturaleza para crear tecnología— está cambiando el mundo.
Otro caso notable son los termiteros de África, que mantienen una temperatura estable gracias a la ingeniosa ventilación natural de sus túneles. Inspirados en ello, algunos edificios en climas cálidos incorporan sistemas de enfriamiento pasivo que reducen el uso de aire acondicionado y, por lo tanto, ahorran energía. También está el efecto loto, que ha permitido desarrollar pinturas y vidrios repelentes al agua basados en la microestructura de las hojas de la flor de loto.
A nivel local
En Nuevo León, se realizan estudios sobre la resistencia de ciertas plantas del semidesierto, como el nopal, para diseñar recubrimientos y empaques más resistentes a altas temperaturas. Esta adaptación natural a entornos áridos sirve de guía para desarrollar materiales duraderos, ligeros y, sobre todo, sostenibles. Mientras tanto, en el resto de México, el axolote —famoso anfibio que habita en los lagos de la Ciudad de México— despierta gran interés científico por la increíble capacidad de regenerar sus extremidades. Investigadores están explorando cómo replicar esos procesos de regeneración para aplicarlos en medicina regenerativa y crear prótesis más eficientes.
Al final, la naturaleza funciona como un laboratorio a gran escala, con pruebas constantes de eficiencia y sostenibilidad. Mientras avanzamos en la innovación, vale la pena recordar que, muy a menudo, la mejor ingeniera la presenciamos diariamente en nuestros alrededores. Solo hace falta observar la naturaleza con ojos curiosos para encontrar en ella fuentes inagotables de inspiración.
El Ingeniero Regio
Dr. José Rubén Morones Ramírez
- Profesor e Investigador
- Centro de Investigación en Biotecnología y Nanotecnología (CIByN)
- Facultad de Ciencias Químicas
- Universidad Autónoma de Nuevo León.
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