Nuestro estado es nacionalmente conocido por la riqueza natural como ríos, montañas y biodiversidad. También se le reconoce por ser una ciudad industrial y próspera, además del buen gusto por la carnita asada y buena pachanga. Sin embargo, poco se habla de la historia antropológica de nuestro estado, para eso habría que preguntarnos ¿de dónde salieron los nuevoleoneses?
Si bien, la historia antropológica y raíz de nuestros antepasados es un tema complejo, vestigios de los primeros habitantes de estas tierras han sobrevivido hasta nuestros tiempos y es posible visitarlos. Nos referimos a Boca de Potrerillos, una zona arqueológica ubicada al noroeste de la zona metropolitana en el municipio de Mina.
Boca de Potrerillos y los petroglifos
La Boca de Potrerillos es un tesoro arqueológico que alberga más de 17,000 petroglifos, creados por cazadores-recolectores hace más de 8,000 años. Los petroglifos, conocidos también como grabados rupestres, son imágenes talladas en las superficies de las rocas. Los petroglifos, a diferencia de los jeroglíficos o pictogramas, es que no son un lenguaje sensu stricto y no siempre implica un mensaje específico, sin embargo, son capaces de narrar escenas y mostrar historia de los humanos por los que fueron creados.
¿Cuándo se descubrieron?
De acuerdo con información del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), esta zona arqueológica comenzó a ser explorada en 1989 por el arqueólogo Moisés Valadez, donde realizaron estudios arqueológicos y paleoambientales. Este científico y explorador, en conjunto con su equipo concluyó que los antiguos pobladores vivián en un medio natural abundante en plantas y animales. Con la técnica geocronológica de radiocarbono determinó que el lugar fue habitado hace más de 8000 años hasta su desaparición a mediados del siglo XVIII.
¿Qué dicen las rocas?
El INAH reporta que la zona más importante de Boca de Potrerillos es en la ladera oriente de los cerros La Zorra y El Antrisco, donde se han estudiado más de 4,000 rocas con grabados de petroglifos y cerca de 17,000 imágenes rupestres. Aunque el mensaje en las rocas no es del todo claro, se ha dado la hipótesis de que se realizaron de manera planeada y como parte de ceremonias. Las imágenes grabadas se relacionan con el culto, respecto a la naturaleza, la lluvia y el sol, además de plasmar plantas y animales.
Tesoro nacional
Desde 1995, está abierto al público, siendo el primer sitio rupestre accesible en todo México. Las investigaciones han permitido preservar estas joyas prehispánicas y descubrir una historia de los antepasados de nuestro estado.
A finales del virreinato se construyó un rancho vinatero llamado “Boca de Potrerillos” y desde entonces conserva el nombre. Este sitio ha sido acondicionado para los visitantes con amenidades como estacionamiento, unidad de agua potable y como museo de sitio. Actualmente, todos los regios pueden visitar esta parte importante de la historia humana. Para más información pueden consultar su sitio web oficial: https://www.inah.gob.mx/zonas/zona-arqueologica-boca-de-potrerillos.
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