Estados Unidos mantuvo su dominio ante la Selección Mexicana de Futbol y lo demostró ganando la final de la Concacaf Nations League por marcador de 2-0.
Guillermo Ochoa fue exhibido nuevamente como guardameta nacional al quedar demostrado que sus mejores años ya pasaron hace tiempo, pero no hay quien le ponga un alto a sus participaciones en el Tri.
De nueva cuenta se demostró que el nivel de la Selección Mexicana es ficticio, que no es lo mismo ganarle a Panamá que intentar ganarle a Estados Unidos, que cuando hay que enfrentar a equipos competitivos, los Lozano, Jiménez, Antuna se hacen chiquitos y demuestran que la selección no ha salido del bache en el que cayó hace varios mundiales.
Con siete partidos consecutivos sin poder ganarles a los vecinos del norte, México se resignó al segundo lugar de la Concacaf Nations League.
Tyler Adams disparó desde muy lejos del área, pero el hombre con el récord de los mil goles recibidos no vio el baló hasta que lo tuvo muy cerca y con carácter de inalcanzable para marcar el 1-0 al minuto 45.
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Después de una serie de rebotes y un mal despeje, Giovanni Reyna disparó dentro del área y doblegó a primer palo a Ochoa para el 2-0 al minuto 63.
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El gol sirvió para avisarle a Jimmy Lozano que podía hacer cambio y debería tratar de alcanzar a los norteramericanos en el marcador, pero la loza ya era demasiado pesada, sobre todo con la inoperancia de los mexicanos.
México cayó en el AT&T Stadium y para finalizar, el encuentro fue suspendido en dos ocasiones, pues desde la tribuna se escuchó de nueva cuenta el grito homofóbico, qué más que ofensa ahora debería ser interpretado como un grito de desesperación desde la tribuna.