Otro verano sin fútbol liguero, sin embargo, este 2024 nos tocó disfrutar de la Eurocopa y la Copa América. El último torneo de grandes jugadores como Cristiano Ronaldo, Toni Kroos o Ángel Di María; pero el debut de futuras estrellas como Jude Bellingham, Lamine Yamal o Endrick.
Me gustaría enfocarme en los jóvenes. Vemos jugadores que ahora son importantes para sus selecciones: Yamal con apenas 16 años siendo fundamental para España; Alejandro Garnacho debutando con Argentina con apenas 20 años; Kendry Paez siendo la sorpresa con Ecuador con apenas 17 cumplidos.
Así como estos, vemos a muchos otros, lo que también nos viene a la mente un contraste fascinante a lo que estamos a acostumbrados a ver en México. Esta Copa América la revelación fue el “Memote” Martínez, con su primera aparición con el TRI y marcando goles. Pensaría que es una joya, lamentablemente tiene 29 años.
El jugador más consolidado que tenemos es Santiago Giménez, con 23 años y en el Feyenoord; los aficionados y la prensa “lo quieren matar” a críticas por su actuación en la Selección. Vemos algunos otros jugadores como Marcelo Flores, que tiene 20 años, que no recibió ni un sólo minuto.
Lo había plasmado antes en esta sección: La Selección Mexicana no tiene ningún proyecto deportivo. Pasamos años con muy buenos jugadores (Guardado, Herrera, Márquez, Ochoa) que les dio miedo a renovar la plantilla.
Tanto que nos emocionamos con Luis Chávez o Uriel Antuna porque los hemos visto poco y parecen que revolucionarán nuestro fútbol, o así nos los venden, pero ya tienen 28 y 26 años.
No hubo rotación de jugadores durante casi una década, pero lo que sí hubo fue una rotación interminable de entrenadores y directivos, ya que al final ninguno tenía ningún objetivo claro.
Pero esa es la mentalidad de la federación, situación que también trastoca nuestro torneo local…
Caso Huescas
Vuelvo a nombrar futbolistas como Endrick quien ya tiene un precontrato con el Real Madrid; o Lamine Yamal que juega en el Barcelona, ambos con 17 y 16 años respectivamente.
En México tenemos el caso de Rodrigo Huescas, un buen jugador mexicano de 20 años que hizo válida su cláusula de rescisión por 3 millones de pesos para viajar al Copenhague de Dinamarca, partiendo del Cruz Azul.
Sin embargo, el Cruz Azul busca demandarlo a él, a su representante o a quien resulte responsable de tal suceso. En Dinamarca ya lo presentaron y lo hicieron con bombo y platillo.
Suena irónico, ¿no? Desgraciadamente no es una broma, sino una anécdota. El Cruz Azul está enojado porque no pudo extenderle el contrato, aumentarle la cláusula y “sacarle” más dinero a la venta.
Obviamente velan más por el interés propio del club cementero que por el futuro de Huescas. En lo personal me parece algo lamentable y perjudicial para el futbol mexicano, pero bueno, qué se le va a hacer.
Por este tipo de casos, nuestro fútbol es un fracaso…
El desastre en la Copa América
No puedo agregar mucho, con los ejemplos que mencioné anteriormente nos damos una idea del porqué la Selección es un fracaso.
Además del pobre nivel futbolístico, el negocio dejó de ser mexicano. Nunca antes había visto tanta apatía por un seleccionado tricolor. El TRI dejó de ser un modelo de representación para los mexicanos.
Lo anterior, porque el mercado se enfocó en los Estados Unidos, con los aficionados mexico-americanos que ven en la Selección un vago recuerdo de lo que es su país de origen y del cual se sienten ampliamente orgullosos.
Con ellos juega la federación, con ellos y con sus dólares.
No importó haber anotado un sólo gol en todo el torneo, no haber clasificado con rivales como Ecuador, Venezuela o Jamaica, quienes demostraron jugarle al “tú por tú” a México cuando no lo hacían hace décadas; no les importó nada mientras mantuvieron los estadios llenos.
El proyecto no importó, no importa y, hasta que deje de generar ganancias económicas, importará.