Ángela Ortega Ortega navega en las aguas más profundas de las matemáticas, ya que es una experta en Geometría Algebraica que realiza investigación en la Universidad Humboldt de Berlín, Alemania, donde es la única mujer –y mexicana- en el equipo de científicos en esta disciplina.
Esta combinación de dos disciplinas puede ser un ejercicio algo aterrador, le comento a la egresada de la Facultad de Ciencias Físico-Matemáticas (FCFM).
“Suena aterrador (risas), pero ese es el atractivo también y es la satisfacción de descubrir algo, tienes que encontrarle la belleza a lo que estás haciendo y sí la hay. Y no es que lo entienda todo, pero cuando voy a una charla donde alguien lo entiende y lo transmite muy bien, y que me abre los ojos, es una sensación física que te pone la piel chinita, a ese nivel la emoción que viene del placer de entender algo”, reconoce.
Ortega Ortega es catedrática e investigadora, siempre con la misión de transmitir el conocimiento a sus estudiantes de posgrado. Integra un equipo de científicos que, entre otros temas, estudia la conjetura de Hodge, un importante problema de geometría algebraica todavía no resuelto.
Ortega: ser mujer y matemática
“Las mujeres en el ámbito matemático somos la minoría de la minoría”, dice tajante la experta en geometría algebraica vía zoom.
Madre de Eva, de apenas 5 años, Ángela Ortega radica en Berlín desde 2019, luego su esposo Gavril Farkas la alcanzó en 2010. Ambos matemáticos y miembros del grupo de investigadores conformado además por Valery Alexeev, Ron Donagi y Elham Izadi.
Egresó de la Preparatoria 22 en la Linda Vista. Desde la secundaria advirtió que “se les daban las matemáticas” y no solo eso, las disfrutaba.
“Nunca se me dificultaron las matemáticas, se me hacía muy fácil en el sentido de que no había que memorizar nada, una vez que entendías el concepto ya está. Y era divertido, yo lo disfrutaba.
«No se cómo me enteré que había una carrera de matemáticas y a pesar de que mis maestros, me cuestionaron mi decisión de estudiar una licenciatura en matemáticas me inscribí en la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas; la gran pregunta era ¿qué hacer con nuestros talentos?”, recuerda.
Sin saber más sobre el campo laboral, Ángela Ortega inicia la licenciatura e integró una generación de solo 3 mujeres; advierte que quiere continuar sus estudios hacia el posgrado, le interesaban las matemáticas puras y encontró en el Centro de Investigación en Matemáticas (CIMAT) de Guanajuato el espacio para seguir.
Nuevamente una generación pequeña de apenas 12 compañeros, de los cuales solo 2 eran mujeres.
“Las clases eran con gente que hacía investigación día a día. Ahí es donde mi visión se amplió totalmente.
«Ahí me convencí que quería seguir, ratifiqué mi vocación. Tenía ganas de salir del país y empecé a estudiar francés en la Alianza Francesa de Guanajuato mientras cursaba la maestría, y con una beca de CONACYT me pude ir a Francia al doctorado”, continúa.
Ortega Ortega asegura que en Francia hay mucha tradición matemática y la exigencia es muy alta. El nivel es muy competitivo, tienen un sistema muy elitista y para ser aceptada en la maestría tuvo que aprobar una serie de exámenes que serían su carta de presentación para solicitar asesor de tesis.
“Tenía compañeros geniecitos, llegué súper intimidada. En mi búsqueda de asesor me rechazaron dos, el tercero me dijo que sí, el doctor Arnaud Beauville Al final de ese año hice la tesina con él (fue como una prueba) me dio un proyecto, pero tenía que mudarme a la Universidad de Niza, mi asesor es un personaje de los más prestigiosos en mi área”, comparte.
“Los números son muy claros, entre más avances en los estudios, hay menos mujeres. Muchas mujeres al tratar de compaginar su vida familiar con la carrera, tienden a decidirse por la familia”, mencionó tajante:
A la caza de un teorema
Ángela Ortega, profesora en la Universidad Humboldt de Berlín (Alemania) desde 2009, tiene como líneas de investigación las variedades de Prym. Estudia las propiedades geométricas de una familia de objetos identificados como espacios moduli.
“Son ideas del siglo XX, toda una teoría que se desarrolló en los sesenta y se aplica a diferentes tipos de objetos, pueden ser variedades abelianas de Prym, haces vectoriales, curvas, espacios moduli de curvas, espacios moduli de superficies; son curvas algebraicas, quiere decir que son definidas por polinomios”, explica.
La aplicación de estas investigaciones está asociada a diversas interacciones con otras áreas de las matemáticas. Y comparte un ejemplo de la vida cotidiana y que está de moda: la criptografía.
“La criptografía la utilizamos todos los días para mandar mensajes por Internet y evitar que personas ajenas puedan ver, es alta seguridad; entonces las maneras en las que encriptas y desencriptas son estos criptosistemas y los más modernos están basados en la descomposición de los números.
«Y algo más difícil que eso, son las curvas elípticas que son grupos muy complicados, entonces los nuevos sistemas están basados en la operación de grupo de curvas elípticas que son un tipo de geometría algebraica”, ejemplificó.
Pero hay un proyecto que “le quita el sueño” a Ángela Ortega: un problema abierto de Hodge, lo reconoce cuando le pregunto cuál es el teorema o problema que más satisfacción le ha dado estudiar.
“Es el que todavía no resuelvo. Hay uno que todavía no resuelvo. Ahí lo traigo”, dijo entre risas.
En aras de resolver esta conjetura de Hodge, ella junto con otros cuatro colegas siguen investigando al respecto.
“Ya tenemos dos artículos elaborados entre los cinco y tiene que ver con este problema abierto que en geometría algebraica es muy famoso y que nos gustaría resolver, a mi en particular, era la idea original, pero no se pudo, se dieron unos avances pero no completamente», advirtió.
Este problema de Hodge, un importante problema de geometría algebraica todavía no resuelto en el que se relacionan la topología algebraica de una variedad algebraica compleja no singular y las subvariedades de esa variedad.