Cada 25 de octubre, se conmemora el Día Mundial de la Pasta, una celebración que resalta las cualidades nutricionales, económicas y culturales de este alimento esencial en las mesas de todo el mundo. Este día especial fue impulsado en 1995 por cerca de 40 productores internacionales que, tras el primer Congreso Mundial de la Pasta en Roma, unieron esfuerzos para fomentar su consumo y difundir sus beneficios.
Desde entonces, la Organización Internacional de la Pasta (IPO, por sus siglas en inglés) ha promovido la efeméride con eventos en ciudades clave como Roma, Nápoles, Nueva York y Dubái, llevando la pasta al foco de debates sobre salud, alimentación sostenible y cultura gastronómica global.
La pasta: un alimento universal
Elaborada con harina de trigo duro y agua, la pasta es un emblema de la cocina mediterránea y ha ganado seguidores en todos los continentes gracias a su facilidad de preparación y versatilidad. Su cocción —ya sea hervida o al horno— permite una infinidad de preparaciones que van desde las sopas hasta los guisos y ensaladas, siendo una base ideal para mezclar con salsas, vegetales y quesos.
Diversidad de formas y sabores
En la actualidad, existen más de 350 tipos, cada uno con características y texturas únicas. Esta variedad de presentaciones ha hecho que sea adaptable a diferentes cocinas y gustos, desde los clásicos espaguetis hasta las innovadoras integrales y sin gluten.
El Día Mundial de la Pasta no solo es una invitación a disfrutar de este alimento, sino también a reconocer su papel como un conector cultural y una fuente de nutrición accesible y equilibrada.