Se aproxima entretenimiento y billetes verdes. No hablo de ningún casino de las Vegas, aunque con todas las plataformas de apuestas, es similar; se trata de una nueva Leagues Cup entre la Liga Mx y la MLS, una liga que pocos esperan y no termina por llenar el ojo de la afición, pero cumple con su propósito de recaudar.
Como lo prometieron las federaciones de ambas ligas, el formato es distinto. Ahora cada equipo enfrentará a tres clubes de la liga contraria, es decir, cada equipo mexicano enfrentará a tres estadounidenses y viceversa.
Esto, obvio, para aumentar la rivalidad entre Estados Unidos y México, así como se ha hecho en la Nations Leagues, Copa Oro o la liga de Campeones… de temas comerciales y diplomáticos, mejor ni hablamos.
Lo novedoso de este torneo que aún sigue en construcción y no tiene un punto fijo de destino, es que ahora cada partido empatado terminará con la tradicional división de puntos (uno para cada club), además de una tanda de penales que otorgará otro punto.
Al finalizar cada uno de sus tres encuentros, los cuatro equipos mexicanos y los cuatro equipos estadounidenses con mayor cantidad de puntos avanzará a cuartos de final, y a partir de ahí, será una fase de eliminatorias normal. Sí, no habrá grupos, será un torneo en formato muy estadounidense.
Muchos se quejan de competencias amateurs como la “Kings League”, que en lo personal es un formato plausible, pero la desesperación de los directivos por seguir llamando la atención los está orillando a tomar medidas muy parecidas a aquello que tanto critican.
Pero lo importante, para los de pantalón largo, obviamente es hacer más partidos en canchas estadounidenses y, obvio, más billetes verdes.
Lo de siempre
El formato es muy bonito, pero no se soluciona absolutamente nada de fondo. Además del dinero que ingresa por taquilla, lo que se mantiene es lo poco retribuible que se convierte para los equipos mexicanos.
El premio para los ganadores es similar a la cantidad de dinero que gastan los clubes mexicanos en viajar, hospedarse y concentrarse en el país vecino previo a los partidos, mismos a los que llegan desgastados a cancha rival.
Ante lo pocos puntos convenientes, los directivos y cuerpos técnicos no toman el torneo en serio. Prefieren no arriesgar jugadores importantes, vemos futbolistas suplentes y poco afán de querer pasar a las siguientes rondas.
Lo más importante en este certamen es no perder a ningún jugador importante para lo que resta del torneo, dosificar el equipo y, si se puede, de paso competir.
Los regios
Tigres y Rayados dejan el certamen mexicano con seis puntos, los felinos invictos y los albiazules perdiendo un partido, ambos dando destellos importantes y dejando en claro que son dos proyectos en construcción.
El torneo en suelo estadounidense puede impulsarlos, principalmente a su cuerpo técnico, para rotar y conocer más a su equipo, ya que en Nuevo León, créanme, nadie les va a reclamar si pierden este “torneo molero” como le llamaban a la Concachampions, pero éste último ya te mete al “Mundialote” de clubes.
El mayor de los éxitos para ambos equipos, incluso para los mexicanos, y que, en medida de lo posible, los aficionados aprovechen su nuevo y entretenido formato.