El 12 de febrero, en el Museo Universitario de Ciencias de la Universidad Autónoma de Nuevo León, resonaron distintas historias de mujeres que han dejado huella en el área de geociencias en México. Tuve la oportunidad de impartir la charla «Geocientíficas mexicanas: el legado de las rocas» no solo se trajo a la mesa la historia de nombres y fechas, sino que se trató de un homenaje a aquellas mujeres que se atrevieron a desafiar las barreras de la época y la sociedad para abrirse paso en profesiones históricamente dominadas por hombres.
El evento tuvo un público especial: niñas y niños de entre 8 y 9 años, visitantes de una escuela primaria del sur de Monterrey. Sus miradas curiosas, preguntas espontáneas e interés en conocer más sobre el origen geológico del país que los ha visto crecer, reflejaron el asombro ante los relatos de mujeres que dedicaron su vida a descifrar los secretos de nuestra Tierra.
Nombrar su historia e identidad es reconocer la lucha de las geocientíficas que nos dieron a las nuevas generaciones la oportunidad poder seguir ejerciendo estas necesarias profesiones. Aunque existen muchos ejemplos de grandes mujeres en las geociencias, por motivos de logística y tiempo, decidí ahondar en las que han sido mi ejemplo para seguir y motivo de inspiración.
Charlas productivas
Platiqué sobre Josefa Cuevas Aguilar, quien fue la primera geóloga egresada de la UNAM y lideró el departamento de micropaleontología en el Instituto Mexicano del Petróleo. También charlamos sobre María Fernanda Campa Uranga, con su trabajo sobre la evolución geológica del sur de México, también fue una voz clave en el movimiento estudiantil del 68.
Blanca Estela Buitrón Sánchez también resonó en la charla, que con más de 200 expediciones geocientíficas, convirtió a los equinodermos fósiles en testigos de la historia geológica de nuestro país. Finalmente les platiqué de la gran Xyoli Pérez Campos, quien modernizó el Servicio Sismológico Nacional y hoy supervisa la vigilancia sísmica global.
La audiencia infantil fue clave para reforzar el mensaje del evento debido a que se resaltó la importancia de despertar vocaciones científicas desde edades tempranas y fomentar la curiosidad por el planeta que habitamos. En la charla no solo conversamos del pasado, sino también del presente y del futuro, así como de la necesidad de más mujeres en la ciencia.
En honor a la mujer
Cabe menciona que este evento se enmarcó en la conmemoración del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2015. En esta fecha se busca visibilizar la participación femenina en la ciencia, además de promover el acceso equitativo y garantizar que más niñas y mujeres se integren a la comunidad científica y tecnológica. Mi mayor motivación de esta experiencia es saber que probablemente alguna de las niñas que presenciaron la charla se una al aumento del porcentaje de más mujeres en la ciencia.
“Escribiendo mi propia geohistoria…” fue el mensaje con el que finalicé la charla, explicando a los pequeños regios como estas grandes geocientíficas han inspirado mi vida y como en algún momento ellos se pueden incluir a la ciencia también. Además, fue un recordatorio de que, así como las rocas guardan la memoria del planeta, cada geocientífica construye su propio relato, aportando al entendimiento de la Tierra y promoviendo a la equidad en la ciencia.
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