Una afirmación sobre la geología es que en todos los lugares de México y el mundo están latentes. Así como el público en general conoce que México es un país biodiverso, por la cantidad de especies de animales y plantas que habitan nuestro territorio, también es geodiverso.
Nuestro país es geodiverso por la variedad de rocas registradas, de distintas composiciones químicas y edades geológicas. Además de los fósiles que se han descubierto en nuestro país, así como la diversidad de montañas, topografía, ríos, lagos y la gran disponibilidad de recursos naturales mineros y energéticos.
Es por la razón anterior que hablar de geología no resulta desatinado en cualquier parte del mundo, y en esta ocasión me tocó hablar de geología en la Ciudad de México.
El 18 de octubre volé entre tormentas para llegar a la capital del país, donde ya me esperaba una “geogira” de medios. Después de desayunar unos chilaquiles en la Casa de los Azulejos, asistí al 2do Encuentro Nacional Interuniversitario de Ciencias de la Tierra, en el marco de la 6ª edición de la Semana de las Geociencias realizado en la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA) del Politécnico Nacional.
La crema y nata de la geología en México
En este encuentro se reúnen estudiantes de geociencias de México, y en esta ocasión también asistieron hermanos del Perú, para hablar temas de tendencias de las geociencias, mostrar avances de sus investigaciones, realizar actividades culturales y convivir entre estudiantes. En esta edición tuve el privilegio de ser invitada e impartí la charla “Divulgado y resignificando las geociencias” donde hablamos sobre la dignificación de las geociencias y cómo hacer que todos los estudios y aportaciones de las geociencias sean valoradas por la sociedad.
Los jóvenes estudiantes se encontraron entusiasmados por la visita y conferencia de una servidora, lo cual me hace sentir enormemente orgullosa y valorada. Esta visita también sirvió para estrechar lazos entre sociedades geológicas de todo el país, lo que para un estudiante puede traducirse como una oportunidad laboral, oportunidades de intercambios o abrir las puertas a un posgrado en el extranjero. Gracias ESIA Ticomán por las atenciones. Cerré este día cenando un amigo petrolero, unos buenos tacos al pastor y una coronita cerca del palacio de Bellas Artes.
La casa de los geólogos
Mi segundo día en la CDMX, el sábado 19 de octubre impartí una conferencia en la que fuera la primera casa de los geólogos del país, el ahora nombrado Museo del Instituto de Geología de la UNAM. Este año fue mi segunda visita como ponente a este museo, en el cual siempre he sido amablemente recibida. En esta ocasión impartí la conferencia titulada “Antes todo era mar y otros dichos geológicos”, donde analizo mediante el dicho de “antes todo era mar” un poco de la geología de Nuevo León, mostrándoles un poco de nuestra identidad.
Lo que disfruto de las visitar al museo de geología es que en su mayoría es público en general, no necesariamente relacionada de manera directa con las geociencias, lo cual es un reto para mí el poder hacer divulgación para los nuevos aventurados en la geología. Es por esta razón que presenté escenarios donde la geología se muestra en la vida cotidiana, como en los recursos naturales que utilizamos diariamente en forma de productos de belleza, muebles de nuestro hogar, aparatos electrónicos, etc. Agradezco infinitamente a la que también considero mi casa, el Museo del Instituto de Geología de la UNAM.
Este día lo cerré visitando a una amiga bióloga, donde disfrutamos de un buen cubetazo y rock nacional en vivo.
¿Qué es la geología y con qué se lame?
Mi último día en la CDMX impartí una charla más íntima, “¿Qué es la geología y con qué se lame?”, en la Feria de Rocas y Minerales, un bazar que se organiza bimestralmente en la gran ciudad. En este bazar participan vendedores de rocas y minerales del centro del país, donde además de los precios de ganga, son unos grandes conocedores de las muestras rocosas que ofrecen.
Tengo el gusto de poder haber participado ya por tercer año consecutivo en este encuentro, que se ha convertido en un nicho sano de convivencia, donde independientemente de las profesiones de los expositores o asistentes, todos se muestran apasionados por las rocas y minerales. Recomiendo ampliamente asistir y apoyar a estos emprendedores.
CDMX, gracias, gracias, gracias por el recibimiento y el amor que me muestran en forma de admiración. Espero que se hayan quedado con un pedacito de cada charla impartida, así como yo me quedo con lo mejor que viví en esos días. Encontrarse con quien tiene las mismas pasiones siempre alimenta el alma y sin duda también recibí mucha motivación para seguir con este proyecto, divulgando las geociencias y encontrando motivos y temas para seguir plasmando mi identidad a través de esta columna.
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