Gilberto Mora Zambrano se volvió sensación entre la afición mexicana luego de su participación en el Mundial FIFA Sub-20, en el que participó en cinco goles durante cinco partidos. Nacido en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; debutó en los Xolos de Tijuana hace meses y apenas cumplió 17 años el pasado 14 de octubre.
Pocas veces vemos a futbolistas mexicanos con talento nato, y Mora es uno de esos. A falta de muchos años de carrera, podría estar al nivel de los que triunfaron en el extranjero, aunque ojalá no termine como Giovani Dos Santos, Carlos Salcedo, o algunos otros con paso fugaz o sin consolidarse en el viejo continente.
Pero sí, el joven es una sensación, y hace años que no nacía un talento tan llamativo en nuestro fútbol. El último con sus características (caracolero, complexión “mexicana” y técnico), sin temor a equivocarme, fue Hirving Lozano, de quién hasta la fecha aún corean su nombre.
La realidad es que Mora no estaría en la Liga MX si no fuera por el formador (prefiero llamarlo por su verdadero rol) e incomprendido Juan Carlos Osorio, quien sin dudarlo le dio una oportunidad a los 15 años en los Xolos de Tijuana como si supiera de lo que estaba hecho y lo que se avecinaba.
Realmente deseo que su actual entrenador, tanto en clubes como en selección, así como sus mánagers y también la afición, lo lleven por buen camino, sin demasiada presión, y con el debido proceso para su salto a Europa.
Ojalá también pueda dar el salto pronto a la selección mayor para combinarse con otros jóvenes, no tan jóvenes, como Marcel Ruiz, Erik Lira, Diego Laínez, entre otros, rumbo al Mundial FIFA 2026.
No le vayan a aplicar un “Santi” Giménez.
El fiasco de “La Mayor” y la falta de patriotismo
No hay hacia dónde hacernos, no hay forma de ocultar lo que todos sabemos: La Selección Nacional de México es un fiasco y no aspira a mucho, más que el espectáculo, en el Mundial 2026.
Luego de empates sin goles ni buen fútbol con selecciones como Corea o Japón en partidos anteriores, sumó dos demostraciones terribles en esta fecha FIFA. Ante Colombia perdió 4-0 y cerró su preparación ante Ecuador con un empate a un gol.
Ante los cafetaleros quedó en evidencia la falta de preparación y talento; sin embargo, ante los ecuatorianos se demostró algo peor, algo que desprende tristeza y nostalgia respecto a nuestro combinado nacional: La falta de “patriotismo”.
Cada vez menos mexicanos salen a las calles con una camisa de la selección, cada vez se sienten menos representados y se demostró en el partido en Guadalajara. A unas horas de que iniciara el partido en el Akron, las entradas bajaron 50% su costo y la asistencia en el recinto terminó por ser muy deleznable.
Para nada culpo a los aficionados. ¿Con quién se deben sentir representados? ¿Con Roberto “El Piojo” Alvarado, Jorge Sánchez o algún otro? Con todo respeto para estos futbolistas profesionales, pero se carece de ídolos, como en su momento hasta Rafael Márquez y Javier Hernández eran respetados por todo el país.
Tampoco se sentirán representados con una selección “mexicana” que juega todos sus torneos en Estados Unidos en busca de dólares y apenas toca el Estadio Akron como “un conejillo de indias” para calcular cómo les iría en el Mundial de anfitriones.
La falta de representación, aunado a la falta de talento, es una combinación que deja a la Selección Mexicana en un hoyo profundo, mismo del que no se podrá salir de aquí al 2026, ni dentro de un par de años si no se inician con cambios radicales desde hoy, mismos que sé, sabes, y sabemos que no ocurrirán.
Pero bueno, tenemos a Gilbertito Mora, “Chicha” Sánchez, y compañía, que esperemos no terminen como Carlos Fierro, Julio Gómez, entre otros.
ros.


