El año comenzó y todos los proyectos de ciencia, incluyendo esta columna dedicada a las geociencias, retoman su curso. Pero pocos retoman las actividades como el Museo Universitario de Ciencias, que este fin de semana estuvo a reventar. Los regios aprovecharon la junta de CT y el primer puente de febrero para llevar a sus bendiciones (incluyéndome).
¿Extrañas el Planetario Alfa?
El Museo Universitario de Ciencias de la UANL es un recinto que aguarda distintas actividades interactivas transmitiendo conocimiento científico, que está dedicado a toda la chiquillada de Monterrey. Tal como, en su momento, lo hizo el grandioso Planetario Alfa en su época dorada.
Para los que nacimos y crecimos en Monterrey, visitar este lugar nos puede llenar de nostalgia, pues varias de las actividades científicas que se encuentran en el Museo de la UANL fueron donadas por el Planetario Alfa. ¿Quién no recuerda la enorme esfera que al tocarla electrizaba nuestro cabello o aquella cama donde te retaban a acostarse sobre cientos de clavos? Todas esas actividades nos dejaban un mensaje científico y personalmente ese mensaje científico llegó muy profundo.
¿Qué se puede hacer en el Museo de Ciencias de la UANL?
Para los que no conocieron al Planetario Alfa y quieren saber más de qué tratan esas actividades científicas que a priori puede sonar distante de lo divertido, aquí les dejo un breve resumen de lo que viví este fin de semana.
Recomiendo comenzar por la sala ”MI-YO Lo que te hace único”, una sala donde chicos y grandes conocen acerca de los beneficios de ejercitar el cuerpo y la mente. Mediante actividades como subir a una escalera en forma de una molécula de ADN, atravesar un túnel lleno de ilusión óptica, juegos de pelota para conocer los beneficios del ejercicio, etc.
En la segunda planta del museo se encuentra otra sala verdaderamente provechosa, y que sin duda disfrutarán los pequeños regios, es ”Come bien, juega bien”, donde hay actividades para clasificar alimentos, juegos para medir la fuerza, resistencia y distintas habilidades de los seres humanos.
A un lado se encuentra la sala de Física y Astronomía, que personalmente es mi favorita, allí usted podrá aprender sobre física, mecánica clásica, astronomía y óptica con experimentos clásicos que demuestran que la ciencia no es perecedera ni tiene por qué ser frustrante. Además, tienen enormes modelos dedicados a nuestro planeta Tierra y a nuestro satélite natural, la Luna.
El planetario es una sección dentro del museo donde los colaboradores nos muestran y enseñan datos sobre el Sol, las constelaciones y los distintos planetas de nuestro sistema solar. No pude evitar sorprenderme por la enorme pantalla Imax del Planetario Alfa y sentirme orgullosa de, ahora yo, compartir este momento con mi pequeño hijo.
Lo imperdible de este museo es el Jardín de la Ciencia, que rodeado por un enorme mural de científicos como Nikola Tesla e Issac Newton, motiva a los niños a conocer términos científicos de una manera inmersiva. Actividades sonoras, actividades de masa, peso y destreza matemática, estimulan a los niños a conocer estos términos científicos.
Imperdible
Así como las generaciones noventeras con el Planetario Alfa, los niños de las nuevas generaciones necesitan conocer este museo, pues podría ser el punto clave que motive a crear nuevas mentes ocupadas por la física, biología, medicina, química, nutrición, etc.
Los increíbles y preparados anfitriones de este Museo Universitario de Ciencias de la UANL los recibirán gustosamente en la calle Vicente Suárez #1060 de la colonia Modelo, en el centro de Monterrey. Para horarios y contacto con el museo visita su página oficial: https://www.fcfm.uanl.mx/museo ¡No se lo pierdan!