Estudiantes de la Preparatoria 23 de la Universidad Autónoma de Nuevo León destacaron a nivel nacional en la convocatoria “Somos el Cambio”, un programa que impulsa proyectos sociales desarrollados por jóvenes de todo el país.
Coordinados por la Dra. Yolanda Sánchez, responsable del área de Atención Integral del Estudiante, los equipos trabajaron durante meses para generar iniciativas que beneficiaran a su comunidad y fortalecieran sus valores.
“Esta es una convocatoria nacional que llega a través de la Dirección de Nivel Medio Superior de la UANL. Nosotros la promovemos entre los estudiantes con el objetivo de que vivan una experiencia formativa que también transforme su entorno”, Dra. Yolanda Sánchez.
La dinámica del concurso se divide en cuatro fases: ve y observa, imagina, haz y comparte. A través de ellas, los estudiantes identifican problemáticas sociales, diseñan soluciones, gestionan apoyos y finalmente exponen sus resultados.
De las aulas a la acción comunitaria
Este año participaron más de 10 equipos de la Preparatoria 23, que lidera el Mtro. Ramón Alanís Carreón, y aunque muchos quedaron en el camino por el ritmo escolar, uno logró posicionarse entre los mejores 20 del país, entre más de mil equipos participantes. Su proyecto: huertos urbanos en casa.
“El equipo detectó la importancia de cultivar alimentos en espacios reducidos, sobre todo para familias sin acceso a patios o terrenos. Se capacitaron con estudiantes de Biología de la UANL, realizaron una actividad de formación práctica y luego replicaron el conocimiento con más de 50 compañeros”, Dra. Yolanda Sánchez, también coordinadora del Diplomado para Padres.
La iniciativa incluyó talleres sobre siembra en pequeños recipientes como cartones de huevo, y culminó con la creación de un mural colaborativo con apoyo del taller de arte de la misma preparatoria.
“Lo más valioso es que el proyecto no se quedó en papel. Fue más allá, se volvió tangible y motivó a otros estudiantes a involucrarse.”
Educación con impacto social
Más allá del proyecto ganador, los estudiantes desarrollaron iniciativas con enfoques tan diversos como la ciberseguridad, la paternidad responsable, la educación emocional en primarias y la colecta de juguetes educativos.
Uno de los equipos creó un podcast sobre paternidad responsable y organizó una conferencia dominical para padres y madres de familia, con la participación de psicólogos especialistas. Otro grupo trabajó durante cinco semanas en una primaria promoviendo el aprendizaje lúdico, con resultados tan positivos que propusieron convertir su iniciativa en un club permanente.
“El proyecto se llamó Sonrisas en acción, y los chicos estaban tan comprometidos que incluso propusieron replicarlo en otras preparatorias como el CIDEB. Fue tan potente el impacto que hubo interés de otros planteles en adoptarlo”, Coordinadora de Formación Integral del Estudiante.
Más que calificaciones: valores
Aunque no todos los proyectos fueron premiados, el aprendizaje fue profundo.
“Ellos mismos me decían: ‘maestra, nunca imaginé que hubiera niños sin tenis, sin comida. Me vine llorando de la primaria’. Eso es lo que más nos importa: que salgan de su burbuja y se sensibilicen con la realidad de otros.”
El trabajo fue intenso, requirió coordinación entre estudiantes, padres de familia, maestros y autoridades escolares.
“Fue una experiencia que involucró a toda la familia Coyote. Los alumnos no solo aprendieron contenidos escolares, sino que entendieron el valor de la empatía, la solidaridad y el trabajo en equipo”, Dra. Yolanda Sánchez.
En palabras del director del plantel, el Mtro. Ramón Alanís Carreón:
“Más que un número en la boleta de calificaciones, lo que más nos interesa son los valores que nuestros estudiantes desarrollan.”