A una década de la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, miles de personas se reunieron en la Ciudad de México para exigir verdad y justicia. La movilización, que comenzó en el Ángel de la Independencia y culminó en el Zócalo capitalino, estuvo encabezada por los familiares de los normalistas, acompañados por organizaciones sociales, defensores de derechos humanos y estudiantes.
El contingente marchó pacíficamente portando pancartas, fotografías de los jóvenes y consignas como: “¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!”. A pesar de los años transcurridos, el reclamo sigue vigente: esclarecer lo sucedido la noche del 26 de septiembre de 2014 y conocer el paradero de los estudiantes.
Durante el acto central en la Plaza de la Constitución, los padres de los desaparecidos tomaron la palabra para expresar su dolor y denunciar la falta de avances significativos en la investigación. Vidulfo Rosales, abogado de los familiares, reiteró que el caso sigue envuelto en impunidad y acusó a las autoridades de presentar obstáculos para alcanzar la justicia. “No hay una verdad clara ni responsables sancionados. No hemos visto la voluntad real de resolver este crimen de Estado”, sentenció.
Llamado a no olvidar
La movilización también incluyó un llamado a la sociedad para no olvidar a los estudiantes y continuar apoyando la causa. A lo largo de la marcha, se mantuvo un ambiente de solidaridad y respeto, aunque se observaron pequeñas confrontaciones entre algunos grupos y las fuerzas de seguridad en ciertos puntos del recorrido.
El presidente Andrés Manuel López Obrador, por su parte, se comprometió en su conferencia matutina a seguir trabajando para esclarecer el caso y apoyar a las familias. Sin embargo, los familiares se mostraron escépticos ante las promesas gubernamentales, subrayando que la justicia ha sido evasiva a lo largo de estos diez años.
El caso Ayotzinapa, que sacudió al país y generó una ola de indignación internacional, continúa siendo un símbolo de la lucha contra la impunidad y la corrupción en México. Los familiares de los 43 mantienen la esperanza de que un día podrán conocer la verdad y darles un cierre digno a sus seres queridos. Mientras tanto, aseguran que seguirán alzando la voz, exigiendo justicia y manteniendo viva la memoria de sus hijos desaparecidos.