En la oscuridad todo puede pasar.
Puede ser llamado “cuco”, “demonio”, “hombre del costal”, todos esos apelativos que cualquier persona le otorgue al ser que surge en la oscuridad y que busca hacer pasar un momento desagradable.
Ese ente que envuelve a las personas una vez que cierra las cortinas de su habitación o tras la puerta del clóset, adquiere forma y vida propia en el nuevo filme de Rob Savage para la 20th Century Fox Studios.
A partir del 1 de junio, el público tiene en las carteleras de los cines una buena opción para entretenerse con la historia de Sadie Harper, una estudiante de nivel secundaria y su hermana pequeña Sawyer, quienes enfrentarán en la gran pantalla a sus peores temores.
The Boogeyman (2023) es la cinta del director, guionista, editor y productor británico que también ha entregado el drama Strings, su opera prima en 2012, ganadora de varios premios.
Ahora, toma la idea de la mente de Stephen King, el maestro del suspenso, para realizar este filme con la mano de los productores de Stranger Things, exitosa serie que igualmente plantea la existencia de seres malignos que emergen en la realidad.
El miedo como guion
Los miedos, como figura central de la historia, llevan a los personajes de la trama a zonas de vulnerabilidad.
Sadie y Sawyer acaban de perder a su madre recientemente, acontecimiento por el cual no reciben mucho apoyo de su padre Will, un terapeuta que lidia con su propio dolor.
Cuando un paciente desesperado se presenta inesperadamente en su casa en busca de ayuda, deja tras de sí una aterradora entidad sobrenatural que se aprovecha de las familias y se alimenta del sufrimiento de sus víctimas.
Poco que decir del elenco; Sophie Thatcher, Viven Lyra Blair y Chris Messina como los integrantes de la familia afectada, pues simplemente cumplen con personificar a sus roles.
El protagonismo lo toma el enigmático ser que atribula sus vidas, cuya elaboración en la pantalla se muestra meticulosamente cuidada y logra en sus apariciones en la pantalla dar buenos sustos, aunque no precisamente con la agilidad a la que el público asiduo al género está acostumbrado.