“El bullying va más allá de un problema infantil. Es el reflejo de una sociedad que ignora los llamados locales, nacionales e internacionales y que normaliza estas acciones bajo el argumento de nuestra idiosincrasia“, señala el activista Norberto Maldonado. “Han pasado 12 años desde que se instauró el Día Mundial contra el Bullying o Acoso Escolar (2 de mayo) y, a la fecha, parece contradictorio que esta fecha se siga tomando a broma“, enfatiza.
Maldonado, quien ha vivido acoso por su vitíligo, advierte que hablar del bullying como un fenómeno exclusivo de las escuelas es simplificar un problema que atraviesa todos los ámbitos sociales: desde las aulas hasta las oficinas, desde las redes sociales hasta los núcleos familiares.
“El bullying es la etiqueta que reduce a una persona a su cuerpo, su color, su orientación, su discapacidad. Parece un comentario inocente, pero es un mecanismo violento que los adultos también repiten, enseñan y perpetúan todos los días“, destaca el también líder de la Fundación Kooltivo.
Desde hace años, la OCDE hizo un urgente llamado a atender el tema en México; sin embargo, datos recientes cuestionan posibles avances. Por ejemplo, el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México reveló que los reportes por acoso escolar aumentan más del 50% cada año. “Es un retroceso evidente que no termina al salir de las aulas. Más del 20% de los trabajadores mexicanos afirman haber padecido bullying en su trabajo. Estas cifras nos deben avergonzar como sociedad“, indica.
Con una crítica frontal a las campañas “blandas y estéticas“ que buscan visibilizar el acoso sin nombrar con claridad su gravedad, Maldonado insiste en que el bullying debe dejar de tratarse como una travesura o un asunto menor.
“Necesitamos que la sociedad entienda que el bullying puede dejar marcas de por vida e incluso costar vidas“. En su propia experiencia, Maldonado recalca la carga emocional de crecer con una condición visible como el vitíligo: “Mi piel fue mi primer motivo de acoso y mi primera lección de resistencia. Aprendí que lo diferente incomoda, y que muchas veces esa incomodidad se convierte en violencia. También aprendí que el problema no está en quien se ve distinto, sino en quien no sabe ver con humanidad y calidad moral.“
Como experto en tecnología, comparte recomendaciones contra el ciberacoso dirigidas a padres y maestros:
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Cuidar y sensibilizar a los niños sobre la información personal que publican.
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Fomentar la empatía, tolerancia y respeto en línea.
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Usar herramientas de seguridad digital.
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Supervisar los dispositivos (sitios, contraseñas, contactos).
Norberto finaliza con un mensaje claro y contundente:
“Si no estás frenando el bullying, entonces lo estás permitiendo.“