La Casa de los Famosos (LCDLF) genera en el espectador una sensación de poder, el principal motivo de su éxito en los países en que se transmite.

La Dra. Liliana de Ita Rubio, socióloga de la Universidad Autónoma de Nuevo León, advierte que la audiencia de este reality show se convierte en un “titiritero” que tiene los hilos de las marionetas a las que puede controlar a través del voto.

“En ellos está la decisión de sacar un personaje. Los espectadores están manipulando y ejerciendo una acción que tendrá un resultado y eso les da una sensación de control.

“Y casualmente estamos en una sociedad donde la mayoría de la población está en condiciones de pobreza, de marginación, ocupando puestos en donde no pueden desarrollar ciertas capacidades, pueden ser controlados y manipulados; y encuentran en el programa esa sensación de poder que no tienen en otros escenarios”, reflexionó.

La investigadora, miembro de la Comunidad Filosófica de Monterrey, explica que de acuerdo con las ideas de Byung-Chul Han, la sociedad digital nos ha convertido a todos en objetos de consumo y como tal, lo que se vende es nuestra intimidad, es mostrarnos.

“Dice este filósofo surcoreano que nos hemos convertido en mercancía, en la medida en la que seamos expuestos. Nuestra intimidad está expuesta porque en la sociedad digital hay una idea de una ‘transparencia’, en la que podemos tener visibilidad absoluta, y mientras más visibles más éxito social vamos a tener, más likes, más me gusta y más éxito económico, ahí está el caso de los influencers”, advirtió.

El análisis de la sociedad digital

“Byung-Chul Han desarrolla planteamientos muy profundos e interesantes sobre la sociedad digital, y a pesar de que a muchas personas no les gusta este filósofo, me parece interesante la manera en que analiza el fenómeno.

“En el caso de este tipo de programas como es La casa de los famosos, es evidente que se convierte en una visión que pierde todo respeto, porque el respeto requiere mirar con distanciamiento y aquí no es así, se vuelve pornografía, ya que es un mirar sin discreción, sin respeto, cosificar; se mira al sujeto como un objeto”, reitera.

De Ita Rubio agrega que este fenómeno no es exclusivo de LCDLF, pero sí es un muy buen ejemplo de lo que para en la era digital en la transparencia que caracteriza estas sociedades a las que se refiere el filósofo Han, donde hay que exponer el cuerpo y el alma, porque a la gente le gusta ver los sentimientos que expresan los involucrados.

“El primer “gancho” para atraer público es el nombre, La casa de los famosos, porque entonces los que están ahí tienen esa connotación por diversos motivos, lo que ya a muchas personas les va a interesar ya que van a observar su vida íntima al interior de una casa. Se supone que estás viendo la intimidad de la privacidad”, continuó.

Otra situación llama la atención a la investigadora miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) es el tiempo que la audiencia le dedica al programa, ya que se transmite 24 horas; el tomar posturas a favor o en contra de los habitantes de la casa y pagar para poder votar.

“Entiendo que la cantidad de votos (en el programa) parece que excedió la cantidad de votos que hubo en la pasada elección, claro considerando que pueden votar varias veces, creo que fueron 36 millones de votos en LCDLF, es decir, tuvo más interés que la decisión por votar (por los gobernantes)”, apuntó.

Es necesario un contrapeso

La Dra. Liliana de Ita Rubio advirtió que en LCDLF es posible ver reproducidos ciertos comportamientos que están a la orden del día en la sociedad: competitividad, el hacer complot e incluso justificarlo porque el fin es ser ganador, no importa cómo haya ganado.

“Las personas que van saliendo del programa son las que no generan contenido, las que no causan polémica, no motivan mayores chismes, nuevamente esta noción de exposición de la vida íntima de la persona.

«Entonces hay valores morales que se están debilitando, porque el sufrimiento y la violencia es un espectáculo, reproducidos todo en este programa LCDLF”, enfatizó.

Para la socióloga, siguiendo los planteamientos de Byung-Chul Han, como sociedad estamos perdiendo ese pudor y ante la resistencia y deseos de estar en la privacidad, está ahora la “necesidad” de ser expuestos, de ser figuras públicas.

“Entre más exposición tienen las personas, mayor ganancia económica van a tener. El valor importante ahora es el económico, que está por encima de otros valores”, reveló.

Y agregó que muchas veces nuestra vida cotidiana y esta sociedad en la que estamos inmersos a nivel global hace que no tengamos un sentido o un propósito, “parece que estamos solo para trabajar y repetir lo mismo al siguiente día; quizá las personas que ven el programa es justo lo que les da sentido, muy ajeno a nosotros”.

Este tipo de propuestas de televisión resulta un desafío para quienes tienen como profesión la filosofía y el estudio del humanismo.

“Para la Comunidad Filosófica de Monterrey es como una preocupación y buscamos las formas para contrarrestar estas tendencias, y reconocemos que debemos usar los medios, las mismas herramientas, pero con otro contenido y otro mensaje.

«Nos interesa tener la filosofía en la calle, queremos hacer un podcast para llegar por otros medios, no en un nivel académico, más bien hablar el lenguaje cotidiano y debatir temas importantes, que la filosofía tenga una difusión. Propuestas dirigidas a jóvenes y hecho por jóvenes. Abordar la filosofía en espacios públicos”, compartió.