Hace unas semanas todo eran críticas y disgustos en la Selección Mexicana, ahora abundan celebraciones y reconocimientos después de ganar la Copa Oro, pero todo sigue igual.
La Selección de México levantó la Copa Oro, algo que no sucedía desde el interinato de Ricardo Ferretti en 2015. En medio de una gran crisis que ha perdurado muchos años, esto es solo un pequeño analgésico.
Con un gol agónico de Santiago Giménez, que no sé por qué aún no es titular, el TRI venció a un limitado combinado de Panamá para levantar el trofeo dorado. Con esto se enalteció la figura de Jaime “Jimmy” Lozano y algunos cuantos jugadores.
Hasta Rafael Vaca lloró como si le hubiéramos ganado la Copa del Mundo a Francia, pero bueno, espero que haya sido por algún logro personal.
Aún con este trofeo, no se nos olvida que aún no existe ningún proyecto rumbo al Mundial 2026. Si bien “Jimmy” es del agrado del público y los jugadores, los directivos lo toman como una opción solamente.
Lo que actualmente quieren los directivos, aparte de dólares, es tener un entrenador de renombre que de cierta forma no tenga problema en seguir indicaciones “de arriba”. Su plan B es el “Jimmy” Lozano.
De ahí en fuera no existe ninguna clase de proyecto, nunca lo han tenido. En lo personal, preferiría que dejaran a Lozano aún con las bajas y altas que pueda tener. Es un entrenador profesional, que aprendió en Europa y ha demostrado trabajar bien con jóvenes y mexicanos, aunque a los de pantalón largo eso les importa poco.
Sin demeritar
Sin el afán de hacer menos la más reciente Copa Oro, la verdad es que fue un torneo de poca competitividad. No hay reclamo alguno con la Selección, ya que estaban obligados a ganarlo.
Con selecciones como Jamaica, Qatar, Panamá tenían que demostrar su superioridad. En cuanto a las potencias de Canadá y Estados Unidos se limitaron a enviar a su plantilla B, llena de jóvenes que probablemente en unos 5-7 años nos estarán ganando un trofeo importante.
Con Lozano fue importante ver caras nuevas como Julián Araujo, Gerardo Arteaga, Ozziel Herrera y Santiago Giménez, aunque claro, en este torneo tampoco fueron europeos de siempre.
Habrá que seguir viendo el proceso, primero si se sigue dando con Lozano, y luego ver cómo se alternan estas caras jóvenes con los jugadores patrocinios de siempre. Pero bueno, luego profundizamos este tema.
Pero de ahí en fuera, no se le vio un nivel destacado a México en contra de Selecciones muy limitadas. La mayoría de partidos fueron ganados por la mínima y no mostraron un estilo de juego claro, incluso perdieron ante Qatar. Esto va empezando y espero puedan mejorar conforme vayan avanzando.
Cumplieron, a secas. No existe un proyecto futbolístico y la crisis continúa desde las bases del fútbol mexicano.
No es por ser negativo, pero aún no tenemos nada para competirle al equipo titular de Estados Unidos o Canadá; menos a selecciones buenas como Australia, Polonia, Marruecos o Países Bajos y mucho menos a los mejores del mundo como Argentina, Brasil, Francia, Portugal, etc.
La inflación pesa
Dejando un poquito de lado la Copa Oro, quiero regresar un poco al tema de la inflación de jugadores mexicanos en el mercado nacional, que también es uno de los factores de esta crisis.
Rayados busca a Sergio Canales y Luis Chávez. Ambos trazados por 15 millones de pesos aproximadamente. ¿Lo valen?
Canales tiene 32 años, es seleccionado español, ha jugado grandes torneos internacionales y es un referente en el Betis del fútbol español. Algo elevado para un equipo mexicano, pero un veterano con un precio normal en Europa.
Ahora ¿Luis Chávez? Tiene 28 años, apenas ha pasado por Xolos y Pachuca, tiene un proceso de apenas un año como seleccionado mexicano donde apenas ha disputado el Mundial de Qatar y la Copa Oro. ¿Los vale?
Puede que sí, puede que no, pero si ese es el precio que le piden a Rayados y a los europeos es muy difícil que un jugador de su características salga del país. Así tendremos menos jugadores en el viejo continente fogeándose del verdadero fútbol.
Ojo, que a los 28 años Luis Chávez no es ninguna promesa mexicana ni un joven prometedor. Probablemente esté en el mejor momento de toda su carrera y es mejor que vaya por buen rumbo.
Es muy probable que el mexicano termine jugando en la Liga de Rusia, un torneo que no cuenta con competiciones de UEFA ni es reconocido a nivel mundial por problemas con la guerra de su país.
Pero bueno, de todo corazón, espero que Luis no se haya equivocado.