No les voy a mentir, y aunque algunos ya lo saben, Don Ricardo “Tuca” Ferretti es de mis entrenadores favoritos y estoy muuuuy feliz de volverlo a ver dirigir.
Sus métodos son muy cuestionables, pero efectivos. Un genio incomprendido, muy extraño y a la vez mercenario.
Es el más ganador del fútbol mexicano en la historia y en activo, pero bueno, esta columna no es para elogiarlo.
Encantado de ver al viejo terco, como le digo de cariño, en el Cruz Azul, pero preocupado por no ver caras nuevas en los banquillos de la Liga Mx.
Preocupado también porque las opciones para “La Máquina”, aparte del «Tuca», eran Antonio Mohamed y Hugo Sánchez. Los mismos de siempre.
Parece que en México no generamos ninguna clase de nuevos entrenadores, y los que vienen entrando, híjole, poco defendibles.
No sólo en Cruz Azul, en toda la liga
Claro, esto de traer a los mismos entrenadores, no solo pasa con “los cementeros”, también pasa en todo México.
Veo entrenar a Miguel Herrera, a Rubén Omar Romano, Hernán Cristante, alguno que otro extranjero como André Jeraldine, y créanme que en ocasiones no me lo creo.
Los que mencioné, y algunos otros, no creo que tengan méritos conforme a los pocos o nulos logros y proyectos que han concretado.
La verdad, no veo que algún “novato” no pueda hacer, mínimo, el jale que hacen estos.
En el actual Clausura 2023 apenas vemos a cinco “técnicos novatos”. Lo pongo entre comillas porque cuento a Marco Antonio “Chima” Ruiz que tiene 53 años y un proceso largo en Selección Nacional.
Vemos a Rafael Puente Jr. dirigiendo de nuevo en México y pues ahí la lleva, siento que tiene potencial, pero como su apellido lo dice, es un «junior».
Otro que puede hacer bien las cosas en su futuro es Benjamín Lora, quien salió de Tijuana, aventuró en Malasia y ahora dirige al Atlas.
Ambos con poco más de 40 años.
Faltarían los “Lalos”, Eduardo Fentanes y Eduardo Arce de 45 y 34 años.
Arce tiene una historia y un proyecto muy interesante, de quien hablaré luego, en otra columna.
Si ponemos las cartas nuevas sobre la mesa, hay muy poco de donde elegir para 18 equipos de la Liga Mx. Realmente se exporta poco.
Lo complicado
Actualmente parece más fácil acceder a un equipo de primera división como entrenador siendo exfutbolista que como alguien muy preparado en todos los aspectos.
Ojo, no quiero decir que los exfutbolistas no están preparados, pero estoy seguro de que ellos tienen más competencia que alguna persona que inicia de cero.
Por ejemplo; para ser entrenador necesitas haberte recibido de una institución certificada por la Federación Mexicana de Fútbol (FMF).
En México sólo existe una y es la Escuela Nacional de Directores Técnicos (ENDIT); sí, solo esa.
En ella llevas materias como medicina del deporte, desarrollo técnico, filosofía del director técnico, comunicación, psicología y administración.
Obvio, porque ser entrenador no es sólo acomodar fichitas como en el FIFA.
Ahora, conforme a tu preparación vas recibiendo licencias de categoría D, C, B y A, correspondientes a distintas divisiones.
La A es la necesaria para dirigir en primera división.
Luego de toooda la preparación debes buscar cupo entre casi 400 equipos de Liga Mx, Liga Femenil Mx, Expansión Mx, Sub- 20, 17, 15, 13, Liga Premier, Serie A, Serie B, tercera división y alguna que otra liga semi-profesional avalada en México.
Mientras que en Europa existen hasta 200 mil entrenadores certificados y con licencia de la UEFA, por lo que es más competencia y menos cupo.
También, para afiliarte a la FMF y no tener ninguna clase de conflicto, debes estar totalmente deslindado de los medios de comunicación.
Pero ahí vemos a Hugo Sánchez en Fútbol Picante y Miguel Herrera hablando barbaridades en TUDN, pero bueno, les digo que sí hay preferencia.
México no está listo
Más allá de los cursos, educación, prácticas, trabas, divisiones, procesos y todo lo que tiene que pasar un nuevo entrenador en México, es muy difícil que confíen en un proceso y que lo respeten.
No sólo directivas y dueños de equipos de fútbol, sino aficionados, aunque los fanáticos no respetan procesos futbolísticos ni aquí y en ningún lado.
En México los entrenadores van y vienen.
Duran cinco partidos, los pierden todos y los corren, pero regresan un año después a otro equipo de media a tabla para abajo con proyecto de dudosa durabilidad.
Es imposible que un entrenador, por más bueno o malo que sea, plasme su idea y su proyecto en seis meses o un año.
Por eso rotan y rotan y vuelven a rotar sin resultados.
El único ejemplo de un proceso largo en México fue el de Ricardo “Tuca” Ferretti con Tigres durante poco más de una década.
Por más que la gente con poco conocimiento de fútbol pedía su cabeza y metían presión, terminaron dejándolo y rindió frutos.
Pero insisto, la afición de México no está lista para soportar procesos.
Algunas directivas tampoco están listas para soportar la presión de la afición.
Ya sin proyectos, apoyo y tiempo terminan rodando las cabezas de entrenadores.
También terminan rodando las esperanzas de gente capacitada que trata sobresalir en la dirección técnica en México.
No estamos listos.
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