Nuevo León logró una de las tasas más bajas de mortalidad infantil por cáncer en la última década, gracias a la implementación del programa de Cobertura Universal para niñas, niños y adolescentes con esta enfermedad, impulsado por la Secretaría de Salud estatal.
Según datos presentados por la titular de la dependencia, Alma Rosa Marroquín Escamilla, en el marco del informe semanal Nuevo León Informa, la tasa de mortalidad por cáncer en menores de 18 años disminuyó de 5.61 por cada 100 mil en 2022, a 3.07 en 2024. Este avance coloca al estado como referente nacional en la atención integral del cáncer infantil.
“En 2021, los tumores malignos eran la segunda causa de muerte entre niñas y niños de 1 a 4 años. Hoy, ocupan el cuarto lugar. Esta baja no es casualidad, es resultado de atención gratuita, oportuna y especializada“, destacó Marroquín Escamilla.
Desde su puesta en marcha en enero de 2022, el programa ha atendido a más de 500 pacientes pediátricos, y ha ofrecido cerca de 65 mil servicios médicos, incluyendo trasplantes de médula ósea, quimioterapias, radioterapias y estudios de diagnóstico. Todo esto sin costo para las familias.
Además, se han aplicado más de 290 mil pruebas de tamizaje en centros de salud del estado, con el objetivo de detectar signos de alerta de forma temprana, lo que incrementa significativamente las probabilidades de curación.
Los hospitales que lideran la atención de estos casos son el Materno Infantil, la UNEME Pediátrica y el Hospital Universitario, además de diversas unidades de primer nivel distribuidas en el estado.
Avanza también la atención a niños con discapacidad auditiva
Durante el mismo evento, la secretaria de Salud presentó los primeros resultados del programa OYE, enfocado en la detección y tratamiento de niñas y niños con sordera congénita.
A la fecha, se han realizado más de 22 mil pruebas auditivas, con lo que se han identificado 56 menores con pérdida auditiva, de los cuales 30 ya recibieron implantes cocleares.
OYE brinda atención completa, que va desde la consulta médica y el diagnóstico, hasta la cirugía, la entrega de dispositivos y la rehabilitación auditivo-verbal.
“Programas como estos nos permiten dar pasos firmes hacia una niñez más sana, más fuerte y con mejores oportunidades de desarrollo“, concluyó Marroquín Escamilla.