Uno de los productos más icónicos de la Ciudad de Monterrey es sin duda el agua mineral del Topo Chico. Desde 1893 este líquido regio ha sido comercializado, bebido acompañado de sal y limón, para preparar coctelería e incluso como ingrediente para salsas y guisos. Sin embargo, poco se habla del lugar de dónde se extrae esta agua, el Cerro del Topo Chico.
Por generaciones se ha transmitido la idea de que el Cerro del Topo Chico es un volcán dormido, debido a que de él emanan aguas termales y por su aspecto cónico que se observa desde algunos ángulos de la ciudad, por ejemplo, si lo observamos desde la altura de la línea 2 de Metrorrey en el tramo de estación Universidad hacia Sendero. Sin embargo, este cerro está lejos de ser un volcán.
Geológicamente Cerro del Topo Chico es un anticlinal con pendientes pronunciadas. Un anticlinal, en la geología es un pliegue convexo de la corteza terrestre. En otras palabras, un anticlinal es una especie de arruga en las capas de roca. Imaginemos una arruga en una sábana, que se levanta en el centro y luego las capas bajan en ambos lados. De hecho el eje de este anticlinal es el que divide a los municipios de Monterrey y General Escobedo.
El Cerro del Topo está constituido por rocas sedimentarias principalmente del Mesozoico. Este cerro se conforma por calizas, lutitas, margas, además de depósitos de yesos, halita, anhidritas, entre otras. Las rocas sedimentarias se forman en condiciones marinas o lacustres, por acumulación de partículas, precipitación química o por crecimiento de organismos. Es decir, estas rocas no están relacionadas con ambientes magmáticos o volcánicos.
Las aguas termales no siempre están relacionadas con actividad volcánica. En el caso del Topo Chico las aguas de origen meteórico se infiltran en el subsuelo hacia capas de roca más profundas, elevando su temperatura durante su circulación subterránea. Posteriormente, estas aguas ascienden por fracturas en las rocas formando manantiales en las faldas del cerro.
Desde Moctezuma
Una de las leyendas más importantes del Topo es sobre la hija de Moctezuma. Se cuenta que la princesa se enfermó y no hubo remedio que los curanderos pudieran aplicarle para aliviar su malestar. Los sacerdotes del séquito de Moctezuma sabían a cerca de aguas termales localizadas en una región lejana al norte de Tenochtitlán, refiriéndose a las aguas del Cerro del Topo Chico. La hija acudió a estas aguas, bebiéndola y tomando baños logró aliviarse. El agua mineral Topo Chico plasmó esta leyenda en su logotipo, donde se le observa en su etiqueta amarilla a la hija del emperador azteca, en cuclillas, bebiendo agua del manantial.
Por más de 100 años el agua que emana de las entrañas del Cerro del Topo Chico ha refrescado a la garganta de la comunidad regia, llevando en ella la historia geológica de millones de años de la región y leyendas milenarias de la comunidad norteña.
Recordemos, además, que desde el año 2000 la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) declaró este cerro como área natural protegida, así que, si desea visitar el Cerro del Topo Chico para hacer senderismo o beber agua de manantial, mantenga una sana cultura ambiental y respetemos este lugar ícono de nuestra ciudad.