Pues el problema en los Rayados de Monterrey no sólo se mantiene en la cancha, sino que ya se trasladó a los vestidores y hasta un herido salió de tremenda discusión que obligó a frenar el entrenamiento el día de ayer.
Sergio Canales, quien terminó herido al patear una puerta en medio del enojo, se enfrentó al entrenador Martín Demichelis y al parecer también se encaró con Nelson Deossa (con quien ya se había hecho de palabras en el campo).
No abundaré en especulaciones de quién le dijo a quién tal cosa o demás historias. La realidad de fondo que podemos remarcar aquí es que el timonel argentino no tiene ni una pizca de control sobre sus futbolistas.
El desorden dentro del terreno de juego sólo es el reflejo de lo que pasa en los vestidores: Demichelis no puede manejar este equipo plagado de estrellas y que desde hace varios años se sumerge en una frustración de pocos logros conseguidos.
Cuando salían los Funes Mori, Pabón, entre otros buenos jugadores que cumplieron su ciclo acá, parecía que el equipo se renovaba con otras estrellas como Lucas Ocampos, Sergio Canales, Oliver Torres y demás. Pero parece que la directiva y el cuerpo técnico han llevado al límite también a estos jugadores, muy buenos por cierto.
El límite de Demichelis
Desde el inicio del torneo, en esta columna, insistí en que Martín Demichelis no es entrenador para Monterrey y lo sostengo. Todos daban por terminada su época cuando fue eliminado por un equipo canadiense en la Copa de Campeones de la Concacaf, pero no fue así.
Luego vino el descalabro con el sotanero de la liga en casa y ahora surge la pelea. La directiva ha tenido varias reuniones y en todas salen con la misma información: Demichelis se queda; la realidad es que esto es insostenible.
Y créanme, pase lo que pase con Chivas este fin de semana, el argentino se mantendrá en el barco, porque el límite es muy claro: El Clásico Regio en dos semanas.
La directiva aplicará el “más vale malo conocido que bueno por conocer“. Si el clásico sale mal, no tienen tema con echarlo rumbo a la liguilla, igual este torneo se armó con el único objetivo de hacer un buen Mundial de Clubes, y para eso pueden contar con un nuevo entrenador.
Lo único que esto representa es la pésima planeación de la directiva regia, a esas alturas no le importan las decisiones a bote pronto, como los de enfrente, pero bueno esa ya es otra historia.
La novatez de Pizarro
Seamos sinceros, André Jardine es probablemente el mejor entrenador de toda la Liga Mx, y eso se notó ante un jovial Guido Pizarro, quien en su intento de cambiar su armado táctico terminó por conceder una goleada.
Les comenté en esta columna que justo el cambio de Pizarro llegó sobre algodones, triunfando contra Cincinnati, Querétaro y Santos Laguna. Ahora con el América frenaron en seco, al igual que contra uno de los equipos más competitivos de la MLS, el LA Galaxy con el que igualaron 0-0 sufriendo en un par de ocasiones.
No digo que Pizarro esté haciendo mal trabajo, pero es una realidad que le falta mucho “calado“, y por el bien de la afición felina, ojalá “El Conde“ tenga suficiente de aquí a que empiece la liguilla para poder hacer una buena participación.
Mientras tanto Pizarro tendrá otra prueba interesante hoy ante Puebla, en la que si bien no representa mayor peligro, sí realizará rotaciones importantes para ver si el plantel trae “con qué“ afrontar la recta más difícil del certamen.