¿Qué es Wrexham?
Este fin de semana inicia la Championship de Inglaterra, otra temporada en la segunda división más competitiva del mundo. ¿Qué tiene de especial para ocupar un espacio en esta columna? Wrexham, eso es lo especial.
Wrexham es un equipo de Gales, juega en la ciudad con el mismo nombre del equipo, y hace algunos años se encontraba en la quinta división de Inglaterra, pero luego de tres ascensos consecutivos (algo nunca antes visto en el fútbol británico) ahora, luego de 40 años, pisan la Championship y están a una temporada exitosa de formar parte de la Premier League por primera vez en su historia.
Probablemente han escuchado el nombre del equipo por la serie que tienen en la plataforma de streaming Disney+, y justamente su valor deportivo, económico y turístico, aumentó por esta serie. Este filme existe gracias a sus sueños, los famosos actores de Hollywood, Ryan Reynolds y Rob McElhenney.
Ellos invirtieron cerca de 3 millones de libras esterlinas para la compra del equipo y, ahora lo sabemos, no fue un carterazo como acostumbran algunos dueños, buscaron a los mejores profesionales para llevar a cabo un proyecto serio y llevan tres ascensos consecutivos, algo sin precedentes.
Incluso incitaron al histórico del fútbol americano, Tom Brady, a invertir en su propio club inglés de categoría baja, el Birmingham City. A esperar cómo le va.
Documentan su inversión y llegada al equipo de quinta división, el tercero más antiguo en la liga inglesa por cierto, y cómo pasan de tener jugadores con doble profesión para poder sobrevivir y problemas financieros, a ser uno de los equipos que más promete hacia el futuro en Inglaterra.
Algo que ni por casualidad, podría ocurrir en el continente americano…
(Para conocer más de este gran equipo: https://www.wales.com/es/cultura-y-deporte/deporte/wrexham-va-hollywood)
El ascenso cambia vidas
La pasión del fútbol va mucho más allá de la cancha y las gradas; independientemente de si es lo correcto o no, la efervescencia por los equipos de este deporte existe en todo el mundo y se lleva a la vida diaria.
Con los ascensos de Wrexham han llegado noticias positivas, por ejemplo el crecimiento del turismo en aquella pequeña ciudad de Gales, así como la expansión del estadio donde se desarrollan sus juegos de local debido a la alta demanda de taquilla.
Conforme al crecimiento económico y popular, han realizado giras en Estados Unidos; han creado equipos especiales para personas con discapacidad, cambiando vidas; ampliaron su ramal al balompié femenil, entre muchas otras acciones que no lograrían sin el crecimiento exponencial de los últimos años.
Muchos negocios estaban dedicados al equipo, con temáticas y siendo aledaños al estadio. Por ejemplo, The Turf, una taberna que siempre estuvo ambientada en el equipo para los ciudadanos que querían una cerveza antes de ir al partido, ahora se encuentra llena todo el tiempo y necesita reservación digital por el impacto del equipo. Cambió una vida.
Incluso, muestran la pasión de una persona de más de 100 años de vida que siempre fue aficionado del Wrexham. Falleció en paralelo a la realización de la serie, sin embargo, mostraron su felicidad al ver a su equipo en lo más alto antes de partir de este plano terrenal. Cambió una vida.
Y así hay muchos casos, vidas, muertes, homenajes, historias que rodean a todo un club, mismo que estalla en gritos, lágrimas y mucha euforia cada ascenso conseguido.
La emoción se transmite, se siente y es alegre volverlo a ver y percibir, luego de que en este lado del planeta nos hayan arrebatado la esencia del fútbol.
Imposible en México
Cómo olvidar el ascenso en nuestro país. Los partidos clave a la misma hora para retener la emoción y la pasión en un mismo sentido. Las personas veían el partido en el estadio con un radio de baterías al costado para estar al tanto del resultado de otro equipo con posibilidades de caer a segunda división.
Todos los televisores de la casa enfocados hasta en tres partidos para hacer sumas en la porcentual. Las lágrimas de felicidad o de tristeza, ya sea por mantener la categoría, perderla, o incluso un ascenso más.
Esto nos lo arrebataron en México. Ahora imponen requisitos absurdos como que la franquicia debe tener un valor mínimo, un estadio con cierta capacidad, además de si llega a existir un intercambio de categoría es por negociación y no fútbol.
Ahora los equipos juegan un torneo gris, sin ambición, ni objetivos que van más allá de un título cada seis meses. No hay riesgos, no hay prisa, ni problemas.
Esto se convirtió en un asunto de dinero, no de fútbol.
Los dueños no entienden que, si apuestan primero por lo deportivo (o producto, como ellos lo llaman), luego llega la derrama, el dinero. Pregunten al Wrexham, al PSG o al Manchester City; priorizar lo deportivo por encima del negocio, finalmente dejará los billetes que tanto anhelan.
Pero bueno, esto es imposible en México.