Hace apenas unas décadas, el sur de la ciudad de Monterrey era un territorio de vegetación densa y un hábitat seguro para diversas especies. Hoy, el paisaje de las montañas se ha mezclado con fraccionamientos exclusivos que prometen las mejores vistas de la ciudad, vialidades que, si bien conectan a la comunidad, desconectan a las especies que habitan el entorno natural, y grandes centros comerciales que en su construcción han deforestado varias hectáreas.
A simple vista, parece un gran progreso como área metropolitana, pero bajo este panorama se esconde una historia de la que poco se habla: la de un ecosistema acorralado y de especies animales que, expulsados de su hábitat, tocan las puertas de sus ahora cohabitantes.
Durante este mes, vecinos del sur de Monterrey capturaron en video un puma aparentemente desnutrido cazando a un gato doméstico, y días después, un oso negro fue grabado husmeando bolsas de basura en la misma zona. Ambas especies descendieron de los cerros, desplazadas por la pérdida de su hábitat y al parecer buscando fuentes de alimento.
Crecimiento desproporcionado
Estos hechos reflejan una tendencia que cada vez es más evidente: una urbanización poco controlada que ha multiplicado la superficie urbana de Monterrey. De acuerdo con el Contextual, entre 2010 y 2021 la mancha urbana creció de 65087 a 177090 hectáreas, un incremento del 271 % en solo una década. Esta expansión se ha extendido incluso a zonas de valor ecológico y lugares colindantes con Áreas Naturales Protegidas (ANP) como el Parque Nacional Cumbres de Monterrey o la Sierra de la Silla, como muestra en las imágenes satelitales.
Existen colonias que se han establecido por encima de los 850 metros sobre el nivel del mar, donde comienzan los polígonos de conservación. El crecimiento urbano fragmenta corredores biológicos y altera las cuencas de ríos como el Santa Catarina, el Pesquería y la Silla, que han sido múltiplemente afectados.
Además, las especies se ven expuestas a condiciones extremas, como hemos visto con las especies que buscan refugio y alimento en las colonias que solían ser sus hábitats.
Pese a la existencia de las ANP y los polígonos de contención, la planeación urbana sigue siendo frágil. A la ciudadanía nos toca reconocer que este no es un tema de tiktoks virales de osos y pumas, sino una problemática socioambiental. La expansión desmedida representa un deterioro para los ecosistemas de los que dependemos ambientalmente.
Bibliografía:
Contextual.mx (2021). Descontrol y expansión urbana en Monterrey. https://contextual.mx/contenido/descontrol-y-expansin-urbana. Consultado el 27 de junio de 2025.
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