Expulsiones, golpes, y mal fútbol; todo esto reflejaron los regios durante el clásico, en el que ganó “el menos peor”.
Primer tiempo
La primera mitad del Clásico Regio 140 fue un reflejo de lo que ambos equipos sostienen en lo futbolístico. Apenas vimos unas cuantas individualidades, como el balón al travesaño de Juan Brunetta, o algunos buenos desbordes de Nelson Deossa.
También errores defensivos como los ya tradicionales pases erráticos del club felino que terminaron salvados por Nahuel Guzmán o incluso desperdiciados por los igual reconocidas fallas de Germán Berterame.
Independientemente de las individualidades, tanto destacadas como para los que acapararon un protagonismo no deseado, los entrenadores Guido Pizarro y Martin Demichelis no mostraron nada extraordinario en lo táctico, lo que obligó a irnos sin goles al descanso.
El inicio del desastre
Algunos no regresaban del baño o por su torta en el “Uni” cuando el Clásico dio un giro radical con un penal a favor de Monterrey. Un recargón de Diego Láinez a Deossa que jugueteó con la duda de si era suficiente para penal, terminó siendo marcado por el “Gato” Ortiz, que probablemente se llevó la noche.
Laínez, con una amarilla desde el 43’, no dejó de reclamarle al central y se llevó la roja por doble cartón amarillo de una forma “muy estúpida”. Una muestra de la falta de concentración de los felinos que pronto se contagiaría al cuadro visitante.
Pese al show de “El Patón”, Sergio Ramos logró poner arriba a los albiazules al 51’.
Todo parecía un debut soñado para el español, aunque el nerviosismo emanaba de todos los Rayados: 20 minutos con superioridad numérica y Tigres parecía más cerca de igualar el marcador que de rendirse.
En cuestión de cinco minutos el partido regular que sostenía el Monterrey se desmoronó: Berterame perdió la cabeza al 73’ y se hizo expulsar por insultar al árbitro central; Oliver Torres dejó sus “tacos” marcados en la pierna de un rival al 78 a menos de 20 minutos de ingresar al terreno de juego.
Los jugadores de “La Pandilla” sellaron el destino de sus compañeros esa noche.
Extracancha, los auxiliares de Demichelis también cayeron en la desesperación junto a Guido Pizarro que aún no borra su instinto de jugador. Todo terminó con hasta cuatro expulsiones en la banca e incluso en golpes en el túnel rumbo a los vestidores.
Tigres sí aprovechó
Ahora con la superioridad numérica, los felinos no dejaron de llegar al arco rival. Joaquim y Gorriarán se convirtieron en jugadores clave y todo terminó en una remontada con goles de Sebastián Córdova y Nicolás Ibáñez al 90’ y 95’ respectivamente.
Los felinos sí aprovecharon la ventaja y los jugadores de Monterrey sólo capitalizaron una derrota de la que tenían miedo desde el minuto 70, pero que desgraciadamente, desde aquel minuto, tenían en mente.
Pese al mal juego de ambos equipos en la primera parte, todo se convirtió en “Perfil Tigre”, una “remontada épica” y una total fiesta en “El Volcán”. La verdad, me gustó el desenlace, lleno de pasión y dramatismo, como a la mayoría de la gente le gusta el fútbol, a fin de cuentas.
Pésimo arbitraje
El protagonista no deseado terminó por ser Marco “El Gato” Ortiz. Probablemente las rojas fueron justas y no los errores más destacados del juez central, sin embargo, limitó el encuentro con demasiadas faltas que probablemente, bajo mi interpretación, no eran, como el penal de Láinez o la falta contra Joaquim que concluyó en gol de Córdova.
Por supuesto que está de más decir que el encuentro, muy pasional de principio a fin, se le fue de las manos, como se le han ido otros duelos clave y que desgraciadamente sigue pitando.
Mis conclusiones
El clásico fue “bonito”, hace mucho tiempo que no se veía uno con tantos errores que se traducen en goles, pasión que concluyeron en rojas y golpes, “shows” como el de Nahuel o los festejos de los respectivos goles. Al final fue un buen partido y entretenido.
Pero veamos esto de fondo, si los equipos regios continúan así, no llegarán muy lejos. No me canso de decir que Demichelis no es el entrenador ideal del Monterrey y que hay algunos jugadores que no están a la altura de la institución, mucho menos a la altura de ser actores clave en momentos importantes.
Pizarro continúa sin demostrar un fútbol determinante, incluso su equipo continúa cometiendo errores, mismos que hace una semana el América no perdonó, como sí lo hizo Rayados, y se llevaron una goleada por 3-0.
Ambos equipos necesitan reforzar su estilo de juego y ser más determinantes, mientras que tienen mucho que trabajar para soportar los momentos importantes, donde tal vez los felinos tienen un poco más de experiencia, sin embargo, también se han caído como el último clásico en la final donde Raymundo Fulgencio se hizo expulsar y bueno, ya sabemos el desenlace.
Mucho por mejorar y la liguilla está a la vuelta de la esquina…
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