El 11 de marzo se cumplieron tres años del anuncio sobre el primer caso de contagio por covid-19 en el estado de Nuevo León y marco e inicio de la pandemia para nosotros.
Este mismo día la Organización Mundial de la Salud declaró el Coronavirus como una pandemia. Lo que se veía como una película distópica cobró la vida de cientos de miles de personas solo en la entidad.
Con el fin de atender la emergencia de salud pública, se declaró la suspensión de actividades que involucraran la interacción física.
De inmediato, se vio una oleada de escasez de medicamentos, muertes y una creciente desinformación sobre esta nueva enfermedad que ocasionaba pánico con cada día que transcurría.
Los tres países que más tuvieron contagios fueron Estados Unidos con 105 millones 547 mil 760, India con 44 millones 689 mil 512 y Francia con 39 millones 639 mil 112 casos confirmados hasta la fecha del 10 de marzo del presente año.
En el puesto 19 se encuentra México con 7 millones 483 mil 444 casos.
Para combatir esto se desarrollaron vacunas, algunas de las aprobadas por la Organización Mundial de la Salud, son: Pfizer-BioNTech, Oxford AstraZeneca (comercializada bajo el nombre de Covishield y Vaxzevria), Ad26.CoV2.S (de la farmacéutica Janssen) y Spikevax (de Moderna).
La pandemia en cifras
Las últimas cifras dadas por el gobierno de Nuevo león mencionan que, hasta el 7 de marzo del presente año, se han presentado 423 nuevos casos, de las hospitalizaciones recientes se encuentran 48 ciudadanos y tres se encuentran en terapia intensiva. Solo se presentó una defunción nueva.
Sin embargo, para muchos trabajadores enfocados en la salud mental, el encierro representó una lucha que debían llevar de la mano con sus pacientes a la distancia.
Ser los salvavidas de la sociedad por medio de pantallas. Una de ellas fue Ana Velia Charles Merlo, quien tenía su consultorio en Contry y con amor pudo adaptar el lugar para atender a quienes la necesitaran:
“Mucha gente si puede atenderse por internet. Pero había otras personas que vivían solas, muchas personas como adultos mayores, que definitivamente necesitaban el contacto físico”, menciona la licenciada.
El impacto del Covid en los países desató el incremento de la depresión y la ansiedad. Según la OMS, durante el primer año de la pandemia, las cifras de estos dos trastornos aumentaron en un 25%, afectando más a mujeres y jóvenes que a adultos mayores.
“Mucha gente, sobre todo los jóvenes que empezaron la adolescencia durante la pandemia ahora no saben cómo les da mucha ansiedad estar con gente, con amigos, porque no tienen las herramientas para comunicarse, no las estuvieron generando durante estos tres años. Entonces están batallando algunos”, declaró Charles Merlo.
Para manejar el sentimiento de ansiedad y estrés postpandemia, la psicóloga recomienda estar atento a las señales que envía el cuerpo y cómo reaccionamos ante ellas:
“Nosotros sabemos que es un ataque de pánico, pero nuestro cuerpo toma el estrés de la película como si fuera real”.
“Yo les recomiendo mucho la aromaterapia y el hacer contacto con la naturaleza, tomarse tiempo para respirar, escuchar su cuerpo. Escucha tú cuerpo, tú cuerpo es muy sabio. Y si traes ansiedad, respira de una a cinco veces y empiezas a preguntarte qué es lo que estás sintiendo. Entonces cuando comienzas a hacer contacto con tú cuerpo, él te va a decir lo que causa ansiedad. Entonces el comienza a hacerte preguntas ¿Podemos resolverlo ahorita? ¿puedo esperar a más tarde? ¿qué puedo hacer para sentirme bien? (…) Tómate tu tiempo de descanso. Eso ayuda mucho a bajar tus niveles de estrés, y si bajas los niveles de estrés, bajas el nivel de ansiedad”.
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Así pues, muchos jóvenes durante la cuarentena se las ingeniaron para pasar el tiempo y drenar las emociones a través de distintas actividades como la creación de contenido por medio de las redes sociales, actividades familiares, escritura, entre otros.
Este también fue el caso de Debanhi Soto Lara, estudiante de Periodismo Multimedia en la UANL, quien a través de un trabajo universitario escribió crónicas que se encuentran plasmadas en el libro “Crónicas Negras”. Ahí expresa el cómo se ven los colores de la pandemia a través de los ojos de una joven universitaria.
“Definitivamente sigo escribiendo y para mí si escribir sigue siendo esa respuesta a los sentimientos. Desde antes de la pandemia escribir ya era una manera de manejar las emociones, durante la pandemia y ahora post pandemia, siempre ha sido una forma de manejar mis emociones. Sigo escribiendo”.
“Yo les recomendaría a las personas que canalicen esas emociones porque muchas veces nos falta un poquito de inteligencia emocional. Para mí la escritura sí me ayuda mucho a canalizarlo, pero igual si la escritura no es la tuya, puedes intentar pintar, puedes intentar hacer algún deporte, cualquier cosa con tal de que tengas un lugar en el cual puedas depositar todas esas emociones”, sugiere Soto.
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Entre sus grandes sueños, encontraba el realizar un intercambio, sin embargo, este sueño estuvo opacado con la llegada del coronavirus. Los impactos multidimensionales de todo lo que pasaba golpeaba en las aspiraciones de los jóvenes mexicanos.
“Quería hacer un intercambio desde que estaba en la prepa. Entonces, pues cuando empezó el Covid y se cerró todo y se quitaron los convenios, pues yo pensé que ya no se iba a poder. Y en parte, yo creo que esa era una de las cosas que más me estaban haciéndome sentir triste durante la pandemia, saber que ese sueño por el cual yo había trabajado, al cual yo le había echado tantas ganas, por el cual había hecho buenos méritos desde que estaba en la prepa, pues se esfumaba.
“Entonces, aparte, pues obviamente toda la cuestión psicológica que trae consigo el encierro, el no poder ver a mis amigos, verlos solo por videollamadas, pues no era lo mismo. Yo también me aislé un poquito más”.
A inicios del 2021 se contagió teniendo solo una dosis de la vacuna debido a un brote que hubo en su trabajo. Dos días con fiebre de 39, descanso y medicación. Lo que más temía era el contagio de sus padres puesto que su madre es diabética y su padre tiene apnea, quienes también se encontraban vacunados, pero ambos terminaron con un resultado positivo en la prueba al igual que sus hermanas. Sin embargo, cuenta que ella fue quien tubo la carga viral más alta de su familia.
“En mi casa, que mis papás y una de mis hermanas nos enfermamos en enero del 2021, y mi hermana que es médico, como es la primera línea de defensa, ellos se contagiaron en agosto de 2020. Ella, su esposo y mi sobrino, igual medio ambulatorio para ellos también, o sea, no tuvieron que hospitalizarse ni nada. Y en el caso de la familia de mi novio, ahí sí se enfermaron él, sus hermanos, su papá, su mamá, y en su caso sí falleció lamentablemente su mamá. Pues ya tenía varias comorbilidades”.
A pesar de todo, cuando se levantaron las restricciones y se abrieron las convocatorias para realizar intercambio académico, Debanhi pudo inscribirse para cumplir su gran sueño y actualmente se encuentra cursando octavo semestre en España.
“Fue un gran logro poder llegar a España. Fue un gran logro poder decir la pandemia no me detuvo. Para mí fue un gran logro ver mis calificaciones de pandemia y decir aquí seguí, a pesar de que no quería seguir en la escuela ni en nada, aquí seguí.
“Y bueno, a veces veo como con cariño a esa Debanhi de 2020 que lloraba un día sí y un día no y decirle mira lo que logramos, tú sigues echando ganas. Sí está bien fea la pandemia, pero tú sigues echando ganas y vamos a llegar hasta acá. Entonces, sí me hace sentir libre, me hace sentir feliz y me hace sentir satisfecha”.
(Texto: Keren Meza)
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