Resulta, que la superficie solar es muy cambiante y eso se relaciona directamente con su nivel de actividad, algo que tenía con incertidumbre a la Tierra.
Si observas las imágenes del mes de febrero de este año, tomadas por la nave SDO de la NASA, te podrás dar cuenta de que nuestra estrella ha estado en constante cambio.
Sin embargo, si analizamos las imágenes de SDO durante varios años atrás, encontraremos que el Sol tiene tanto periodos en los que está muy tranquilo (casi no tiene variación), como periodos en los que cambia rápidamente.
Esto se asocia con su ciclo de actividad, el cual tiene una duración de aproximadamente 11 años.
Durante este ciclo, el Sol pasa por cuatro fases de actividad:
- mínimo: el Sol casi no tiene manchas sobre su superficie (sol quieto).
- fase ascendente: incrementa el número de manchas y comienzan a presentarse las explosiones o tormentas solares.
- máximo: el número de manchas aumenta considerablemente y se mantiene por varios meses. En esta etapa, el Sol tiene explosiones más violentas, en donde expulsa gran cantidad de material al espacio (sol activo).
- fase descendente: disminuye gradualmente el número de manchas y la frecuencia de las tormentas solares.
No entrar en pánico y observar
Entonces, para saber en qué etapa del ciclo nos encontramos, tenemos que revisar cuántas manchas hay sobre el disco solar, ya que la actividad solar está directamente relacionada con el número de manchas.
La idea es muy simple: entre más manchas hay sobre disco solar, mayor es la actividad, y viceversa.
El conteo de las manchas solares se ha realizado desde hace muchos años, habiendo registros claros de la actividad solar desde el año 1750 (ciclo solar 1).
Actualmente, nos encontramos en el ciclo solar 25, el cual inició en el 2020 y alcanzará su máximo de actividad hacia el año 2025 ver gráfica.
Pero ¿cómo sabemos cuándo un nuevo ciclo ha comenzado? Para contestar esta pregunta tenemos que revisar más aspectos sobre las manchas solares.
Algo muy interesante es que las manchas no aparecen aleatoriamente sobre el disco solar, sino que, tomando como referencia el ecuador solar (latitud: 0°), siguen un patrón diagonal, teniendo que al inicio del ciclo las manchas aparecen cerca del ecuador (bajas latitudes) y conforme avanza el ciclo se desplazan hacia latitudes mayores.
Este fenómeno ocurre en ambos hemisferios del Sol, por lo que si bosquejamos todas las machas que aparecieron durante un ciclo encontraremos que toman una forma como de alas, por lo cual se les dio el nombre de “diagrama de mariposa” (https://www2.hao.ucar.edu/education/pictorial/butterfly-diagram).
Entonces, podemos saber que un nuevo ciclo ha comenzado cuando aparece una mancha cerca del ecuador.
Además, la polaridad de esta primera mancha debe ser opuesta a la polaridad de la primera mancha el ciclo anterior.
La clave, las manchas solares.
Como vimos en la notita espacial previa, las manchas solares están relacionadas con el campo magnético del Sol, entonces estas polaridades opuestas entre las primeras manchas de cada ciclo nos indica que este campo magnético se invierte ¡cada 11 años!
Esto también le ocurre al campo magnético de la Tierra, pero le toma muchísimo más tiempo.
Este ciclo solar 25 está levantando alboroto en las redes, ya que la actividad solar se ha incrementado considerablemente en los últimos meses, y los medios nos están bombardeando con noticias alarmantes sobre si va a haber una tormenta solar gigante que nos borre del mapa.
Pero tenemos que saber que las tormentas solares van a ser cada vez más frecuentes e intensas porque nos estamos acercando a la fase máxima del ciclo solar, sin que eso signifique que la civilización en la Tierra esté en peligro porque ya hemos sobrevivido muchos ciclos solares.
Cada ciclo de actividad es distinto, sin embargo, aquí surge una pregunta importante: ¿qué pasa cuando el Sol está muy activo? Lo primero que tenemos que saber es que estamos ligados al Sol, la vida en la Tierra depende de nuestra estrella, por lo cual, todo lo que acontece en el Sol nos afecta en mayor o menor medida.
Las auroras polares
La palabra afectación en este contexto no sólo tiene una connotación negativa, una parte “benéfica” o vistosa de la actividad solar son las auroras polares, un espectáculo de luces que es visible solo en los lugares cercanos a los polos terrestres (Figura 1).
Las auroras polares ocurren todos los días debido a que constantemente están emanando partículas solares (viento solar), pero hay días en los que, como resultado de las tormentas solares, las auroras son más intensas y pueden visualizarse hasta latitudes tan bajas como las de Canadá y el norte de Estados Unidos. Pero ¿qué otros fenómenos inusuales acontecen durante las tormentas solares? Esta pregunta la abordaremos en la siguiente notita espacial.
Figura 1. Avistamiento de auroras polares como resultado del impacto de una tormenta solar ocurrido el 26 de febrero.
FUENTES DE INFORMACIÓN:
https://spaceplace.nasa.gov/solar-cycles/sp/
https://sdo.gsfc.nasa.gov/data/
https://solarscience.msfc.nasa.gov/SunspotCycle.shtml
Esmeralda Romero, nuestra especialista es:
- Doctora en Ciencias Espaciales.
- Catedrática en la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas de la UANL.
- Investigadora del Laboratorio Nacional de Clima Espacial-UANL
FB: esmeralda.romero.1804109